Soy Juan Cassá Lombardía, asturiano de nacimiento y malagueño de vocación tras comprobar en mi propia experiencia aquello que reza en el escudo de la ciudad: ‘muy noble y hospitalaria’.
Después de recorrer medio mundo poniendo en marcha diversos proyectos empresariales, en 2011 decidí junto a mi mujer, mi gran pilar, fijar nuestra residencia en la provincia de Málaga, donde nacieron tres de mis cinco hijos. Y aquí queremos seguir el resto de nuestros días. Podríamos haber elegido otro lugar, dado que somos pequeños emprendedores y podemos movernos. Pero no. Vimos una luz especial aquí, y no solo la que nos regalan los muchísimos días de sol al año.
Siempre he sido un apasionado de la sociedad civil que busca volcarse en cambiar las cosas. Hace años emprendí el camino de la política para intentar poner mi granito de arena y tener el orgullo de trabajar por nuestra tierra. Fui elegido concejal del Ayuntamiento de Málaga en 2015, y desde el principio tuve claro que mi prioridad era buscar lo mejor para mi ciudad, independientemente de las siglas políticas. Es una máxima que he llevado a rajatabla, entendiendo que el progreso y la dinamización económica de Málaga son vitales, pero que a la vez nunca podemos olvidarnos de los ciudadanos que están en una situación más comprometida. Valorando la cultura y las costumbres de los malagueños, que he llegado a conocer y a sentir como propias.
Debemos ser ambiciosos. Hay que seguir apostando por el sector turístico, fundamental para nuestra economía, pero hay que tener amplitud de miras para que Málaga siga favoreciendo la llegada de inversores y continúe progresando en otros campos. Los políticos no creamos empleo, pero debemos dar las máximas facilidades a las empresas para que puedan desarrollar su actividad, porque los malagueños se beneficiarán obteniendo empleos y mejores servicios.
Málaga lo tiene todo para ser un referente de grandes empresas tecnológicas, un sector en el que se afianza con decisión. Y en un escenario de modernidad, en el que siempre se ha desenvuelto con seguridad, debe esforzarse en el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible marcados por Naciones Unidas para evitar las desigualdades y la pobreza, promoviendo una sociedad igualitaria, sostenible y respetuosa con su entorno.
Adoro esta tierra, soy un convencido de su potencial y sus posibilidades. Sé por experiencia propia, porque he viajado mucho, que Málaga es el mejor sitio para vivir que hay en el mundo. Por eso trabajo para que siga avanzando en todos los aspectos, sin dejar atrás a nadie.